Presentación
Esta serie muestra la cobertura realizada por Niclas Hammarström entre 2012 y 2013 en Alepo, una ciudad azotada por la guerra. Las consecuencias quedan reflejadas en cada una de estas instantáneas, donde la muerte y la destrucción son las protagonistas.
Hasta 2014, se contabilizan más de 2 millones de personas refugiadas y cerca de 126.000 personas muertas. Desde que comenzó el conflicto en Siria en 2011, más de 60 profesionales de la información han sido asesinados, más de 40 reporteros han sido secuestrados y al menos 30 de ellos continúan en cautiverio*.
El mismo Hammarström fue secuestrado durante 46 días en la ciudad siria de Yabrud, cerca de Líbano, a finales de 2013. Motivo por el cual, Médicos del Mundo, de acuerdo con las autoridades suecas, decidió en su momento no comunicar quién había sido el ganador de esta edición, para no perjudicar las gestiones de su liberación.
*Fuentes: Comité para la Protección de los Periodistas (CPP) / Reporteros Sin Fronteras (RSF) / Committee to Protect Journalists (CPJ) / Observatorio Sirio de Derechos Humanos / Organización de Naciones Unidas.
Biografía
Niclas Hammarström nació en Suecia en 1969. A la edad de 14 años empezó a tomar fotografías en las carreras de caballos del hipódromo de Solvalla. Después estudió fotografía en Estocolmo. Una vez finalizados sus estudios, trabajó en varios periódicos de Suecia. En 1993 empezó a trabajar como fotógrafo contratado para el periódico sueco Aftonbladet, como su fotógrafo radicado en Estados Unidos. Durante los casi cinco años que vivió en la ciudad de Nueva York, Hammarström fotografió acontecimientos en Estados Unidos, Canadá y Sudamérica. Se ocupó de cubrir acontecimientos de envergadura, como el asedio de Waco, los atentados del World Trade Center, el atentado con bomba de la ciudad de Oklahoma, la Copa Mundial de Fútbol de 1994, y los Juegos Olímpicos de 1996 en Atlanta, así como un gran número de combates de Mike Tyson en Las Vegas.
En 1997 volvió a Suecia y se incorporó a la plantilla del Aftonbladet; durante los cinco años siguientes cubrió principalmente acontecimientos deportivos. En 2002, tras los Juegos Olímpicos de Salt Lake City, abandonó el Aftonbladet, dejó de trabajar como fotógrafo y se incorporó al negocio familiar de venta y fabricación de instrumentos de ayuda a la discapacidad. En 2010 vendió la empresa y permaneció en casa cuidando a su familia durante un año. Entonces se dio cuenta de que deseaba volver a la fotografía. En marzo de 2011 volvió al periódico Aftonbladet como fotógrafo freelance.