©Andrew McConnell, 2009.

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Día de África 2020


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Hoy es el Día de África, un continente que se enfrenta a grandes dificultades, pero que a su vez es un territorio vivo y vibrante, con una enorme resiliencia y capacidad de lucha. Desde un inicio ha estado muy presente en nuestro premio, pero quizá no todo lo que debería en la agenda internacional. Por eso, dedicamos este espacio para visibilizar algunas de las historias que a lo largo de los años nos han llegado a través de nuestros ganadores, así como una colaboración especial de una miembro del jurado.

A pesar del paso del tiempo, sus imágenes siguen estando vigentes. Las situaciones que retratan continúan necesitando de nuestra atención. Son un recordatorio de que hoy más que nunca la solidaridad debe de multiplicarse.

Cada fotografía está acompañada de un texto que nos han enviado sus autores para esta ocasión.

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Viaje a la luz. 1998

Con esta serie, Enrique Pimoulier Laspeñas ganó la segunda edición del Premio Luis Valtueña.

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Niños prisioneros en cárceles africanas. 2010

Esta fotografía forma parte de un reportaje que Fernando Moleres realizó en las cárceles de Sierra Leona, con el que ganó la XIV edición del premio. Cada mañana un puñado de prisioneros de la cárcel central de Pademba son llevados a la corte penal. Muchos de ellos necesitarán acudir docenas de veces antes de ser juzgados, y pueden pasar años antes de recibir una sentencia. En la prisión central hay alrededor de 1400 presos y cerca de 35 fueron encarcelados siendo menores de edad.

«Estas imágenes, que tuvieron gran repercusión mediática por este premio, otros como el World Press Photo o sus publicaciones en medios, en realidad, no ayudarán en nada a la situación de los menores encarcelados o su posible reintegración social una vez puestos en libertad. La difusión de información sin acción posterior, sirve de poco para las personas reflejadas en las fotografías». ©Fernando Moleres

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Art in Movement. 2014

La fotógrafa Ana Palacios, una apasionada por África, lleva años documentando historias que arrojan esperanza cuando parece que todo se rompe. Historias sencillas como la de Hamuza, un chico que quiere ser bailarín. Vive en Kibuli un gueto de Kampala. Su madre, viuda, tiene seis hijos, pero solo puede pagar una única matrícula escolar. Hamuza y sus cinco hermanos se alternan y van a la escuela uno o dos meses al año para que todos los hermanos puedan ir al colegio en algún momento curso.

“El baile es mi vida y lucho a diario para llegar a ser un gran bailarín. Me veo como alguien que genera cambios positivos en la comunidad, que anima y apoya a los compañeros a cumplir sus sueños”. Hamuza/ El arte puede ser una herramienta muy poderosa para el cambio social y este salto es el símbolo de su energía, su reclamo y su fortaleza. Representa la transformación, la superación y el anhelo de un presente más elevado. ©Ana Palacios

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Rutas de inmigración. 2007

Esta fotografía es del reportaje que Yannis Kontos realizó con la beca que recibió tras ganar el X Premio Luis Valtueña (2006). Viajó desde las Islas Canarias hasta Mauritania y Senegal, para intentar entender por qué miles de africanos buscan emigrar cada año, aunque sea como indocumentados. Arriesgándose a duras travesías en las que además de cruzar ciudades, desiertos y mares, pueden ser víctimas de contrabando de personas, o bien, ser devueltos a casa antes de llegar a su destino.

Dreaming beyond borders. Un inmigrante indocumentado recién llegado a un centro de rehabilitación de la Cruz Roja. A su llegada a España, la mayoría de los inmigrantes tienen que ser hospitalizados durante varias semanas debido a la hipotermia y la deshidratación. ©Yannis Kontos

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La larga noche saharaui. 2009

El territorio del Sáhara Occidental es el último archivo abierto de África en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas. El fotógrafo Andrew McConnell lo visitó en 2009, con la beca que recibió tras ganar nuestro premio, para fotografiar a sus pobladores y denunciar su situación injusta.

Este es el retrato de Djimi Elghalia, 48 años, vicepresidenta de la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de los Derechos Humanos Cometidas por el Estado Marroquí (ASVDH), fotografiada cerca de la ciudad de El Aaiún, en el Sáhara Occidental controlado por Marruecos (República Árabe Saharaui Democrática).

«Nací en Agadir, Marruecos, en 1961. Mi familia fue una de las muchas que huyeron del clima y las condiciones sociales del Sahara Occidental, para buscar trabajo en Marruecos. Muchos saharauis solían quedarse en nuestra casa y por eso mi abuela fue arrestada en 1984. Tenía sesenta años. Nunca la volvimos a ver. En 1986 me mudé a El Aaiún para trabajar después de graduarme en agricultura. Al año siguiente me detuvieron junto con otras quinientas personas por intentar organizar una manifestación sobre la independencia antes de una gran visita de las Naciones Unidas. Detuvieron a ochenta personas, entre ellas diecinueve mujeres. Me interrogaron y utilizaron la tortura física y psicológica. Me ponían productos químicos en el pelo que me hacían desmayar. Me electrocutaron en los brazos y la espalda y me mordieron los perros. Más tarde se reían y decían que no hay perros y que debo estar imaginando cosas. Es lo mismo que se ve en Irak, pero aquí no tenemos la atención de los medios para mostrarlo. Fui liberada en 1991 junto con 324 personas, algunas de las cuales habían sido retenidas desde la invasión, 78 eran mujeres.

Fue debido a la presión de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional. De 1994 a 1998 nosotros, las víctimas, intentamos involucrarnos en el campo de los derechos humanos pero nos enfrentamos a un gran acoso. En 2005 creamos la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de Derechos Humanos Cometidas por el Estado Marroquí (ASVDH). Las autoridades marroquíes impiden que la asociación funcione a pesar de que el tribunal nos permite trabajar. Trabajamos desde nuestros hogares utilizando Internet y recibimos visitantes internacionales, pero aun así Marruecos nos acosa y ahora los extranjeros no pueden visitarnos. Tenemos la convicción de que lograremos la independencia pero depende de la presión internacional.» Djimi Elghalia/ ©Andrew MacConnell.

Andrew McConnell: “Cuando te das cuenta de lo que ha estado sucediendo allí, y que aún hoy continúa, es impactante. Miles de refugiados saharauis viven todavía hoy en día en campos de refugiados en Argelia. El conflicto con Marruecos nunca se ha resuelto. Este es un pueblo sin tierra, al que no es posible fotografiar en su propio territorio y no debe quedar en el olvido.”

#DiaDeAfrica