En el Día Mundial contra el Cáncer, Sáshenka Gutiérrez, Mención especial de la 26ª edición del Premio de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, profundiza sobre su trabajo Jódete Cáncer y la importancia del acompañamiento de esta enfermedad.
Fue en plena pandemia cuando Sáshenka Gutiérrez y Sandra Monroy se conocieron producto de un intercambio casual en redes sociales. La misma época en la que Sandra fue diagnosticada de cáncer, decidió extirpar sus senos y renunciar a la posterior reconstrucción. También fue el inicio del trabajo fotoperiodístico Jódete Cáncer de la mexicana Sáshenka Gutiérrez.
La idea del proyecto era fotografiar a Sandra antes de la mastectomía como una terapia de despedida, pero en aquel momento Sáshenka no imaginó que esa experiencia se convertiría en un acompañamiento del proceso de descubrimiento interior de una sobreviviente del cáncer de mamas y, mucho menos que gracias a ello, sería reconocida por este trabajo con una mención honorífica del 26º Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña de Médicos del Mundo.
El viaje ha sido largo, duro y emotivo, pero también enriquecedor, porque gracias a él nació el movimiento con el mismo nombre del proyecto fotográfico, Jódete Cáncer, liderado por Sandra y en donde no solo se unen quienes se han sometido a la mastectomía, sino también familiares y amigos de estas sobrevivientes que han conseguido en este espacio un lugar donde compartir experiencias y aprender de lo vivido.
Este acompañamiento cambió la perspectiva de Sáshenka sobre el cáncer de mama y, con suerte, cambiará la de muchas otras personas. La fotógrafa señala que aprendió a escuchar las necesidades de quienes pasan por esta experiencia, “uno por lo general no sabe qué decir, ni cómo apoyar a los pacientes del cáncer. Estoy ahora más consciente de muchas cosas que no conocía y con más herramientas para ayudar”.
Capturar el amor en un instante
En una de las imágenes del fotorreportaje se puede observar a Sandra la primera vez que descubre su pecho luego de la operación. La finalidad era mostrar una realidad más cruda de la experiencia de ser diagnosticada con esta dolencia, sin embargo, se evidenció la importancia del acompañamiento y apoyo de las personas más cercanas a la paciente: familiares, amigos y afectos.
Confiesa la fotógrafa que, a pesar de estar satisfecha del resultado, la intención no era conseguir transmitir una imagen tan conmovedora. Una fotografía que, según ella, expresa sororidad y amor por parte del círculo que acompaña al enfermo, es decir, aquellas personas capaces de sostener y levantar a los afectados en momentos tan difíciles. “Siento esa foto como un instante amor y lo digo siempre, es uno de los segundos más bonitos de la representación del amor que me ha tocado retratar y que he visto. A pesar de la dureza de la enfermedad y la operación”.
En el día mundial contra el cáncer las cifras siguen siendo estremecedoras
Según las últimas cifras divulgadas por la OMS, el cáncer de mama es el tipo de cáncer más común, con más de 2,2 millones de casos en 2020. Ocupa el quinto lugar de muertes en mujeres. En México, el cáncer de mama se posicionó entre las primeras causas de atención oncológica ese mismo año.
A pesar de las constantes campañas de divulgación para la prevención del cáncer, Sáshenka, asegura que no estamos preparados para dureza de la enfermedad. Para mirar de frente las heridas recién hechas de una mujer con mastectomía. Falta soporte para quienes se encuentran en el proceso y, por eso sostiene que “esa imagen es muy importante y bonita, una foto llena de información. Te cuenta cómo la dureza de la enfermedad y de una mastectomía, pero también te habla del apoyo, la solidaridad, la empatía y su importancia. En definitiva, creo que te habla de cómo debe ser el amor”.
Jódete Cáncer
A lo largo del proyecto fotográfico se puede apreciar la evolución de Sandra Monroy, desde quitar el vendaje posoperatorio, hasta pasados tres meses cuando ya inicia el movimiento Jódete Cáncer al que ahora dedica sus esfuerzos para ayudar a quienes necesitan información o simplemente apoyo para lidiar con el cáncer.
El trabajo va mostrando como Sandra consigue redefinir conceptos como maternidad y femineidad, descubre cómo es vivir sin sus senos, en un tránsito emocional, de constante reinvención de sí misma tras atravesar por tan duro desafío.
Eso es lo captado por Sáshenka Gutiérrez, a pesar de ser una fotoperiodista acostumbrada a la inmediatez informativa, a cargar su cámara al hombro mientras se desplaza apresurada entre manifestantes, cuerpos antimotines y gases lacrimógenos. El deseo de estar allá donde la información se produjera la ha acompañado durante sus 12 años de carrera.
Sin embargo, esto no impidió a la reportera gráfica realizar un trabajo empático y sensible sin separar a la periodista de la mujer. “Siempre nos han dicho que debemos apartarnos de la noticia, pero la cámara sólo es una máquina que sirve para mostrar a otros lo que nosotros vemos, pero ciertamente es como nosotros lo vemos. Por mucho tiempo, incluso hasta ahora el trabajo de Sandra me conmueve porque ella es una inspiración y yo no soy más que un ser humano retratando a otro ser humano”.
Yahualpy Castellano